Esperamos con ilusión el próximo miércoles 11 de septiembre para inaugurar en la Fundación Entredós de Madrid la exposición «Vértebras Aladas» de la artista portuense Elisabeth Zunzunegui. Para OtrasNosotras es una ocasión especial pues con esta muestra terminamos el periodo de 7 años en los que hemos estado al cuidado de las exposiciones del Entredós.
Leticia Moy ha escrito este precioso texto curatorial que os compartimos:
Vértebras Aladas. Una exposición de Eli Zunzunegui.
Sobre la colección:
Esta colección es una oda a la Pro-creación que nace del profundo amor
por la curiosidad y la incomprensión de un mundo que deshecha, rechaza
y convierte en inútil a un ritmo frenético (casi) todo lo que encuentra en su
camino.
Encontramos en sus obras un reclamo. La crítica al capitalismo, al consumo
devastador por encima del bien y el mal, está presente en su obra. Ella hace
del reciclaje toda una metodología, que la inspira y la mueve a crear,
transformando lo inerte en una nueva forma de estar vivo.
Juega con los elementos desde un anhelo a lo natural con puro amor a la
composición y la textura. Da luz a obras que ponen al barroco y al
minimalismo a compartir y deleitar verdaderos manjares en una misma mesa.
Sus obras nos abren posibilidades ante lo que pareciera que ya es el fin.
Ponen en cuestión los límites entre la muerte y la vida. Consigue que
fragmentos de seres vivos ya inertes se conviertan en bailarinas en
movimiento.
Y es que con esta exposición quiere “echarse a bailar tranquila”.
El proceso creativo es una apuesta. Un proceso personal. Una
“recopilación de las vivencias de los últimos 10 años de mi vida”
Del proceso creativo hay que destacar la capacidad por extender esta
curiosidad re- inventada de la mirada de la niña en los demás, quienes
se acercan con artefactos, trozos de objetos e incluso de animales
muertos para entregárselos en forma de obsequios, de regalos preciosos
porque sus amigas y allegadas saben que los transformará y se percatará
de la belleza más profunda. Consigue revalorizarlos, resignificarlos, peinarlos,
sacarle brillo. Mutarlos en híbridos maravillosas. Esto ya forma parte del
proceso creativo, ella consigue convertirlo en parte del recorrido que
culmina en expectantes obras que llaman al ojo externo a jugar y reinventar
todo el tiempo lo que ve.
Sobre la artista:
Elizabeth Zunzunegui, artista polifacética portuense.
Se calma tocando la tierra, y si está húmeda, ¡mejor!
Una mujer que fue una niña grande en búsqueda constante de preguntas
con pocas respuestas.
Nos cuenta que estuvo inmersa en un mundo masculino convertido en su
refugio, protector de la debilidad de una feminidad presentada como único
modelo y siempre en oposición al primero. Este modelo binario deja
excluida la vulnerabilidad, como algo ajeno, que no puede ser aceptado.
En su lugar la fuerza cobra un brillo que la encandila. Frente a ese abismo,
casi sin forma, débil y frágil sólo pudo elegir la protección, hasta que el gran
referente masculino se desmonta.
Ella, como todas, atraviesa la violencia patriarcal desde niña.
Se desenvuelve y le revuelve las tripas. Su historia se encuentra con la de
tantas otras mujeres.
El proceso de transformación lo experimenta de manera más abrupta a raíz
de su maternaje. En este momento se hermana de nuevo con su feminidad,
con ella, desde otro lugar. El poderío se apiada de ella al descubrir su útero
y las maravillas que escondía. Se re-descubre a sí misma y se re-afirma.
Desde aquí ella ahora puede ser amante y amada al mismo tiempo.
Leticia Moy