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Gabriela Bettini no da puntada sin hilo.

En sus obras las cosas son lo que parecen solo en parte. Siempre hay algo, mucho, que está detrás. Y conocerlo amplia y multiplica el sentido y el goce que sus cuadros producen ya por sí mismos.

Como feminista ancla sus reflexiones en el saber y la obra de otras mujeres. Ellas son su punto de partida, aunque el de llegada es el propio de la artista. La necesidad, ya desarrollada en varios de sus proyectos de los últimos años, de cuestionar con su arte, en esta ocasión pictórico, cómo la naturaleza y las mujeres son territorio de conquista.

Por la propuesta de Bettini aparece Rachel Carson, autora de ‘Primavera Silenciosa’ (1962), libro pionero en plantear la urgencia de la protección del medio natural. También es fundamental la figura de Maria Sbylla Merian, naturalista, entomóloga, exploradora y artista de finales del siglo XVII; una pintora científica que ilustraba, de manera conjunta, animales y plantas, mostrando así la relación entre las especies y los ecosistemas que las acogen. La tercera mujer de cuya inspiración se nutre la artista es la filósofa, escritora y abanderada del ecofeminismo Vandana Shiva y sus advertencias sobre las consecuencias nefastas de los monocultivos.

Son precisamente estos monocultivos (de caña de azúcar, plátano, palma aceitera y maíz) los que aparecen representados en los cuadros de Gabriela Bettini. Y lo hacen junto a otras obras donde las hermosas ilustraciones de Maria Sbylla Merian son cubiertas parcialmente por las ‘sombras’ que éstos generan, por la amenaza a la biodiversidad que suponen. El resultado impacta y sobrecoge.

Pasear por la Galería Silvestre, contemplando esta Primavera Silenciosa, es, por tanto, un ejercicio de placer, reconocimiento y toma de conciencia.

¿Podemos pedirle más al arte?

 

Primavera silenciosa. Gabriela Bettini

Galería Silvestre (calle Dr Fourquet, 21, Madrid)

Del 13 de septiembre al 10 de noviembre

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