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Cuando algo nos importa queremos compartirlo, necesitamos hacerlo, sino es como si no existiera, cobra importancia en relación. Decía María Zambrano que cuando algo privado nos importa tenemos que hacerlo público, y entiendo que la artista (y el artista) expresa a través de su obra algo que le importa, que quiere compartir; su obra cobra importancia en relación, en relación con quien la mira, la oye, con quien se implica, se inicia un diálogo entre la artista y yo.

Cuando me acerco a una obra de arte lo hago en un primer momento con pasividad, abierta, a la escucha, con empatía, con deseo y curiosidad, me acerco a su creadora. Me pongo en juego con mi cuerpo, mis vivencias, mis relaciones, mis diferencias y lo que tengo en común.

Quiero referirme a un ejemplo que es el de mi encuentro con la obra de Tracey Emin en la exposición ‘Tracey Emin. 20 años’ que vi en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga. El primer contacto que tuve con ella.

Tracey Emin es una artista visual que a través de diferentes medios y técnicas (videos, cartas, diarios, objetos de su vida cotidiana, colchas con textos, dibujos, neones con frases, …), se pone en juego en primera persona, contándonos momentos y etapas de su vida, experiencias, sentimientos, estados mentales y de ánimo; nos habla de la gente a la que quiere, de amores y desamores, de sus relaciones familiares, del amor a su abuela y los conflictos con su madre; de su sexualidad, marcada por una violación a los 13 años y más tarde por un aborto que para ella fue terrible. Nos abre su intimidad de una manera valiente, sin miedo, nos regala su dolor y su fuerza para vivir con él y superarlo, siento que apela a mi humanidad, a la humanidad de quien se acerca a su obra. No lo hace de una manera victimista o exhibicionista, Para ella su obra tiene un efecto curativo. María Zambrano decía que se escribe para salir de la soledad, para comunicarse, para vivir; yo creo que ocurre lo mismo con la necesidad de expresarse artísticamente. En una auto-entrevista grabada en vídeo dice Tracey Emin:

“Estoy jodida, 35 años y no tengo hijos, soy alcohólica, anoréxica, neurótica, psicótica, fácilmente irritable, muy emocional, demasiado dramática, quejica, una perdedora obsesionada conmigo misma. Sí, tengo un puto espejo magnífico, y ese es el espejo al que miro todos los putos días y cada día trabajo en alguna de estas cosas y trato de solucionarla”.

Su valentía y su lucidez me producen mucho respeto, su sinceridad y la capacidad de crear algo hermoso desde el dolor me emocionan. Partiendo de sí misma me lleva a ver cosas dentro de mi misma, acercándome a su realidad, tan distinta a la mía, puedo ver mi realidad desde sus ojos, aprendo de su manera de estar el mundo.

Con su obra hace un reconocimiento de su genealogía femenina real, de su madre y de su abuela. Una de sus obras, “There’s a lot of money in chairs”,  es un sillón de su abuela que le regaló a ella y donde cosió las fechas de nacimiento de ambas, los apelativos cariñosos con que se llamaban y las fechas y lugares de Estados Unidos en los que utilizó este sillón para hacer lecturas de un pequeño libro autobiográfico que escribió y llamó ‘Exploration of the soul’.

Utiliza un medio de expresión artística tradicionalmente femenino y no considerado como arte por el mundo del arte más masculino y ortodoxo, sino como artesanía, y son las colchas o quilts, en las que ella cose frases impactantes, con mucho significado, duras; nombres de personas y lugares que entretejen su vida, su pasado, la interpretación que ella hace de ellos, continuando en parte el sentido habitual de los quilts como lugar de construcción de historias de vida. Al utilizarlos les está reconociendo un gran valor y se sitúa en un lugar concreto dentro del arte.

También los textos, la palabra escrita es esencial en su obra. Cartas, hojas de diarios que escribe, frases en neones y colchas, suponen una catarsis para ella. Su lenguaje artístico es sencillo, directo, me llega con facilidad, me pongo fácilmente en su lugar. Me resulta cercana, se explica. Esto es algo que casi siempre encuentro en el arte que crean las mujeres.

Creo que siempre que en el encuentro con la obra de arte se hayan puesto en juego en primera persona la artista (o el artista) y quien se aproxima a ella, este puede ser transformador, como lo es cualquier relación entre dos personas.

El próximo 24 de febrero en la Fundación Entredós hablaremos deTracey Emin y otras 5 mujeres artistas ‘entre el dolor y la belleza’. ¡Acompáñanos!

                               

Imagen de Tracey Emin en el vídeo Why I never became a dancer          Colcha ‘Hotel International’

Neón ‘You forgot to kiss my soul’